domingo, 7 de marzo de 2010

RECUERDOS SIN POLILLAS


Catalina rompió la almohada de su abuelita, pretende encontrar un tesoro, el tesoro que todos en la casa buscan después de la muerte de la viejecita, ella piensa que es la más merecedora porque cuando la abuela no encontraba sus zapatos era ella la que se arrastraba por el piso al buscarlos, ella era su acompañante y confidente, su hombro fue bastón y paño de lágrimas.


Catalina nunca fue ambiciosa, pero al ver invadida la casa de familiares sin escrúpulos que nunca se acordaron de ella reaccionó y decidió, igual que todos, que era la indicada… Abrió el ropero, y su cuerpo se estremeció con ese riiianchh de la bisagra oxidada, y encontró ese cofrecito antiguo forrado de tela floreada, lo abrió y su cuerpo se estremeció con el olor a naranja y jengibre que emanaba de un pequeño saco de tul, el mismo que la doña había puesto dentro para que las polillas no atacaran sus recuerdos, Catalina sollozando susurró “hay abuelita, todos deberíamos llevar un saquito de cáscaras de naranja con jengibre dentro del alma para que no se apolillen los buenos sentimientos”

1 comentarios:

Ever Lizard. dijo...

hey que bonito esta este cuento...excelente!! me gusto mucho. Adelante y espero mas publicaciones tuyas!!

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