domingo, 7 de marzo de 2010

Sueños y más sueños


De día y de noche Lucia soñaba, soñaba con luceros verdes, y con limas brillantes, soñaba con caballos en patineta y con niños voladores…ella misma era un sueño, ningún ser humano había sonreído tanto en tan pocos años de vida.

Ver televisión era aburrido, pero en cambio pintar y cantar era lo máximo., sus brazos eran puertas y sus manos candados que no dejaban escapar una chispa del fuego con el que su abuelita preparaba el chocolate; la bebida de los sueños para todos los niños y también para los grandes.

Una tarde de abril Lucia dibujaba en el patio de la casa, más feliz que de costumbre porque su papá le había regalado crayones nuevos y por la taza exquisita de chocolate que le preparó su abuela. Comenzó a dibujar y a dibujar, dibujaba sueños, dibujaba el aire, dibujaba soles y ángeles, ventanas hermosas y una puerta por la que sólo ella podía entrar, y esa fue la última vez que ojos humanos vieron a Lucia.

Dicen que Dios mismo se sorprendió de la increíble imaginación de la pequeña que decidió convertirla en un sueño, en su sueño y dejarla donde ella fuera feliz para toda la eternidad, antes que sus papás la llevaran a la escuela.

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